Pippa Middleton, hermana de la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, siempre ha vivido bajo la sombra de la realeza británica. Sin embargo, en los últimos años, ha logrado forjar su propio camino y destacar en el mundo social y empresarial. Uno de los ejemplos más evidentes de su éxito es su impresionante propiedad en Berkshire, una mansión georgiana de 32 habitaciones, que con su valor estimado en $15 millones, ha llegado a eclipsar la residencia de su hermana mayor.

La casa de Pippa y su esposo, el gestor de fondos de inversión James Matthews, no solo es una de las más imponentes de la región, sino que también ha sido objeto de renovaciones significativas desde su adquisición en 2022. Este espectacular refugio se extiende por 150 acres de terreno, ofreciendo una combinación única de lujo moderno y encanto histórico, un testimonio del estilo de vida que la pareja ha logrado construir lejos de las cámaras.

Mientras que Kate Middleton y el príncipe William residen en Adelaide Cottage, una casa más modesta ubicada en Windsor, la vida de Pippa ha tomado un giro más extravagante. El hogar de los duques de Cambridge se describe como “acogedor” y “funcional”, diseñado para la comodidad familiar y la vida privada. En cambio, la propiedad de Pippa en Berkshire destaca por su grandiosidad y escala, reflejando un estilo de vida más exuberante.

Adelaide Cottage, aunque encantador y lleno de historia, está rodeado de la infraestructura y las responsabilidades que vienen con ser parte de la realeza. Para Kate y William, su hogar es un símbolo de su papel como futuros monarcas, mientras que para Pippa y James, su mansión georgiana es un refugio de lujo donde pueden disfrutar de su privacidad y estilo de vida más relajado.

Desde la compra de la propiedad, Pippa y James han trabajado arduamente para actualizar su casa y adaptarla a sus necesidades y gustos modernos. Una de las renovaciones más destacadas ha sido la planificación de una piscina de proporciones considerables: 82 pies de largo y 19 pies de ancho. Este proyecto, sin embargo, ha generado preocupaciones entre los vecinos y las autoridades locales.

El problema principal radica en la construcción de esta piscina sobre un antiguo muro, lo que podría alterar el tejido histórico del lugar. Además, hay sitios arqueológicos cercanos que datan de la Edad de Piedra Media, lo que ha suscitado preocupaciones sobre posibles daños a estos restos de importancia histórica. A pesar de estas inquietudes, Pippa y James han mantenido su compromiso con las mejoras en la propiedad, trabajando de la mano con las autoridades locales para minimizar cualquier impacto negativo en el entorno histórico.

Este tipo de tensiones entre propietarios adinerados y la comunidad local no es nuevo. En el Reino Unido, las grandes propiedades históricas suelen ser vistas como joyas patrimoniales que deben ser preservadas, lo que a menudo entra en conflicto con los deseos de los propietarios de adaptarlas a sus necesidades modernas. En el caso de Pippa y James, parece que están decididos a equilibrar el respeto por la historia con las comodidades contemporáneas, aunque las discusiones continúan.

La mansión de Pippa en Berkshire es una verdadera joya arquitectónica. Con sus 32 habitaciones, la propiedad está equipada con todas las comodidades que una pareja de su estatus podría desear. El diseño georgiano de la mansión refleja una elegancia atemporal, con amplios ventanales, techos altos y detalles intrincados que recuerdan la época en que fue construida.

A pesar de su tamaño y opulencia, la casa ofrece a la familia Matthews-Middleton un refugio privado, lejos del ojo público. Este es un contraste marcado con la vida de su hermana mayor, cuya posición como futura reina de Inglaterra significa que cada aspecto de su vida está bajo el escrutinio constante de los medios y el público. Para Pippa, esta mansión representa la posibilidad de llevar una vida privada de lujo, rodeada de la belleza del campo inglés.

Además de la casa principal, la propiedad cuenta con varias dependencias y amplios jardines, perfectos para la vida familiar. Pippa y James tienen tres hijos pequeños, y esta vasta propiedad les ofrece un espacio ideal para que crezcan rodeados de naturaleza, algo que Pippa ha mencionado en varias entrevistas como una prioridad para su familia.

Aunque Pippa nunca ha sido parte de la realeza oficialmente, su matrimonio con James Matthews, un exitoso gestor de fondos de inversión, la ha colocado en una posición destacada dentro de la alta sociedad británica. James, quien también es heredero del título de Laird de Glen Affric en Escocia, ha sido una figura importante en el mundo financiero y ha acumulado una considerable fortuna.

Pippa, por su parte, ha construido una carrera propia en los medios y el mundo de la salud y el bienestar. Desde la publicación de su libro sobre entretenimiento, hasta su participación en eventos de caridad y su constante presencia en los círculos sociales más exclusivos, Pippa ha demostrado que es mucho más que la hermana de la duquesa de Cambridge. Su mansión en Berkshire es una prueba más de su éxito y estatus dentro de la sociedad británica.

Para Pippa, la vida después del estrellato que trajo la boda de su hermana con el príncipe William ha sido un balance entre la privacidad y la presencia pública. Si bien sigue siendo un personaje querido y admirado, ha logrado mantener una vida relativamente alejada de los focos mediáticos en comparación con la intensa atención que recibe su hermana.

Con su espectacular mansión en Berkshire como telón de fondo, Pippa ha logrado construir una vida que combina el lujo, la familia y la discreción. Aunque su hogar ha atraído la atención pública debido a las renovaciones y las controversias que las rodean, está claro que para Pippa, esta propiedad es mucho más que una simple inversión o un símbolo de estatus. Es el lugar donde ella y su familia están construyendo su futuro, lejos de los palacios reales pero rodeados de la misma elegancia y opulencia.

En resumen, la mansión de Pippa Middleton en Berkshire representa no solo un hogar de lujo, sino también su independencia y éxito personal. A pesar de las comparaciones inevitables con su hermana mayor, Pippa ha forjado su propio camino y ha demostrado que, aunque no forma parte de la realeza, vive una vida igual de impresionante.